Aunque el dominio que refleja, muchas veces esconde su propia vulnerabilidad. Por calmado que parezca, en su interior bullen intensas emociones.
La actitud de Escorpio parece siempre inamovible, dónde nada parece que pueda hacerle cambiar y replantearse sus decisiones. Puede llegar a resultar orgulloso y soberbio. Lo hace por hacerse notar. Prefiere que se hable de él, aunque sea mal, que resultar ignorado.
El hombre Escorpio suele ser viril y de fuerte temperamento. Como amante es fogoso; pero también posesivo y desconfiado. Hay que tratarle con mucha mano izquierda para no provocar su furia.
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