Aprende a relativizar lo que te ocurre. ¿Que rompiste el jarrón recién comprado que tanto te gustaba? Pues mira, algo tenias que romper ese día. Mejor el jarrón, que dañar esa figurita con tanto valor sentimental o que tú te hubieses lastimado.
¿Te abandona el amor de tu vida? ¡Hombre! El amor de tu vida no te abandona. Si realmente lo fuese, estaríais hechos el uno para el otro, con una compenetración plena. ¿Tu dejarías alguien así? A lo mejor sólo era una ilusión, y el otro te ha hecho ver la realidad. Puede que te haya hecho un favor: así estás libre para encontrar tu media naranja.
Y al fin y al cabo ¿que importancia tienen nuestras pequeñas visicitudes en la inmensidad de Universo?
Si te tomas todo demasiado en serio, nunca estarás satisfecho. Ganaste grandes sumas de dinero, pero dejaste escapar aquel trato tan sustancioso. No conseguiste tu objetivo. ¿Cómo que no lo conseguiste? Eres relativamente rico, y cómo los seres humanos no somos máquinas exactas, alguna vez no se llegará a un acuerdo. A lo mejor aquel día, tu cliente se encontraba muy negativo, o no le caen bien las personas morenas, o rubias. ¿Quién sabe?
Resultado: Realizaste un ritual de Prosperidad, y alcanzaste tus metas. Aún así, sigues pensando que no lo has logrado porque podrías tener más dinero.
Consejo: Todo es relativo, y no tiene tanta importancia como nos parece. Para aprender de nuestros errores, debemos permitirnos cometerlos. Forma parte de la vida.